Solidaridad y una Fundación para las Victimas Civiles de las Minas Antipersonales

El siguiente es un artículo publicado por el Sistema de Comunicación para la Paz (SIPAZ), Nodo Santander, por Lilia Espinoza Díaz.

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Una mujer colombiana, Yolanda González, es la cabeza de la Fundación Hogar Jesús de Nazareth dedicada a atender víctimas civiles de las minas antipersonales. Su sede es Santander, el segundo departamento colombiano con más accidentes causados por estas armas que Yolanda llama “las minas quiebra vidas” o “quiebrasueños”. Hoy busca ayuda desesperadamente mientras junto a la Defensoría del Pueblo preparan el 11 de noviembre como Día Internacional del Sobreviviente por Minas Antipersonales.Yolanda González nació en el agro santandereano; junto a sus hermanos templó su carácter en las faenas campesinas y se hizo una mujer dura y tenaz. La pérdida temprana de su padre la puso al frente de su familia, experiencia que la marcó en esos años difíciles. Luego, la guerra la sacó de su contexto rural hasta que un cercano suyo fue víctima de las minas antipersonales. Este hecho la puso al frente de una batalla incansable en contra de lo que ella llama “las minas quiebra vidas”.La poca atención ofrecida a las víctimas en su recuperación tanto física como psíquica, la llevó a tomar una decisión irreversible: dedicar su vida a estos seres olvidados.

Inicialmente recibió las víctimas en su propia casa, pero cuando su humilde aposento familiar quedó pequeño, pidió ayuda a entidades comerciales y paisanos de buen corazón quienes con su solidaridad permitieron construir la esperanza de muchas vidas mutiladas por la violencia: la Fundación Hogar Jesús de Nazareth.

Actualmente, atienden a más de 35 víctimas, brindándoles atención médica, psicológica, fisioterapéutica, comida, techo y amor; además los preparan en talleres de manualidades y prevención humanitaria que les permita reintegrarse a la vida social y compartir con otros sus experiencias para prevenir más accidentes.

Esta obra y sus méritos la llevaron a ser consagrada “Mujer Cafam 2003”, un galardón que da anualmente una prestigiosa Caja de Compensación Familiar colombiana. Sin embargo, lo que debía ser motivo de alegría y ánimo para seguir en su propósito, se convirtió en una especie de “amuleto de mala suerte”. Bajo la errada idea de que tal premio representara gran ganancia, las entidades privadas le fueron quitando su apoyo económico, por lo que hoy Yolanda asombrada y un tanto preocupada aclara que ese reconocimiento no tuvo ningún aporte económico.

Hogar Jesús de Nazareth es una institución sin ánimo de lucro al servicio de las víctimas de minas antipersonales no sólo de Santander, sino del Norte de Santander, Sur de Bolívar, Cesar, Arauca y Antioquia. Esta entidad humanitaria, en convenio con la Defensoría del Pueblo de Colombia, trabajan por institucionalizar el Día Internacional del Sobreviviente por Minas Antipersonales. El día previsto para esta fecha, que pondrá de relieve esta problemática, es el 11 de noviembre.

Hoy acude la solidaridad de aquellos buenos corazones que desean, como ella, aportar un grano de arena a las vidas destruidas por estas armas que matan y mutilan. Recordemos que Colombia es el único país de América Latina que no sólo no ha librado sino aumentado las minas “quiebrapatas” en sus campos. Todos los actores armados las utilizan: ejército, paramilitares y grupos guerrilleros. Según cifras reveladas por Radio Nederland, “más de 245 millones de estas pequeñas bombas están almacenadas en unos 100 países —los arsenales más grandes están en Rusia, China, India, Pakistán y Estados Unidos de América— y 65 millones de ellas amenazan la vida de los ciudadanos en 56 naciones, entre ellas Angola, Colombia, Croacia y Afganistán. Según la Cruz Roja Internacional, se producen por su causa 2.000 víctimas cada mes en todo el mundo”. Como lo explica Yolanda, esta fundación pretende amortiguar el dolor de miles de civiles a quienes les explotó en el camino de su vida, sin buscarlo, una mina quiebra sueños. Por tanto, su invitación está abierta a personas del mundo entero para que donen todo lo concerniente a medicamentos, compresas, útiles escolares, comida, ropa para niños y adultos, y donación en dinero para pago de los servicios públicos de la Fundación.